Intento no juzgar a la gente por cualquier motivo. Pero por naturaleza tengo mis prejuicios de primera vista. Tal vez habiendo vivido en lugares tan diferentes y con tanta cultura me ha ayudado a disminuir eso, pero obvio no me salvo de pensar ciertas cosas que las pienso por juzgar al libro por su portada.

Una cosa si, sea quien sea, algun desconocido sentado en una mesa cercana o amigo de vida, te voy a juzgar por como tratas a la gente que menos puede hacer por ti. Sin irnos a tal extremo, ya que no interactuamos con gente que no tiene que ver en nuestras vidas, el como uno trata al mesero del restaurante dice todo lo que necesito para juzgarte. No solo el mesero, pero la azafata, el barista, el portero del edificio, y cualquier trabajo servicial. Diran, eso lo hace la gente rica, solo los de clase alta trata mal a los meseros. Al contrario, lo he visto en todo tipo de personas.

Esto lo escribo por una interaccion que tuve en una cafeteria donde me senti tan incomodo que tuve que intervenir. Un señor que ya habia pagado su trago esperaba que le prepararan su cafe, igual que las otras cuatro personas que esperabamos mientras checabamos nuestros celulares. Empieza a reclamarle al barista que lleva prisa y que la grua se va a llevar su coche (ademas estacionado en doble fila). Al principio no dije nada porque todos tenemos dias malos y aveces reclamamos. En cuanto el señor le empieza a tronar los dedos para que le hagan caso es cuando senti que se me calentaba la cara y no me aguante mas.

Al final el señorsito se fue sin su cafe y con cara de que me queria golpear. Yo, al contrario, me fui con mi cafe y un panquesito de regalo que me dio la barista. Es facil no hacer nada, pero hacer lo correcto es un deber para los que pueden hacer algo al respecto. La apatia es el guante en el que la maldad mete su mano.